Viamo se une a la ola de despidos en la industria del calzado

La empresa de calzado Viamo ha estado en el ojo del huracán. Reconocida por su producción de zapatos para damas y niñas, se sumó a los cambios que sacuden el sector en Argentina. En julio, despidieron a más de 30 trabajadores de su fábrica en Capital Federal, donde antes trabajaban alrededor de 80 personas. Hoy, aseguran los empleados, queda menos de la mitad del personal. La compañía está considerando dejar de producir localmente para dedicarse a la importación de calzado, limitando sus operaciones a un depósito y tareas administrativas.

Los telegramas de despido, enviados bajo la razón social Lannot S.A., explican que hubo una “grave falta de trabajo” citando la Ley de Contrato de Trabajo. La empresa había intentado gestionar un Procedimiento Preventivo de Crisis para pagar solo el 50% de las indemnizaciones, pero el sindicato no aceptó. A pesar de eso, los despidos se realizaron y ahora los trabajadores reclaman lo que les corresponde.

Reclamos abiertos y juicios en puerta

Los empleados despedidos sostienen que no recibieron las liquidaciones completas y que los pagos que hicieron fueron parciales y sin recibos claros. “No nos pagaron vacaciones, aguinaldo ni premios, solo algunos días trabajados. La indemnización, nada”, comentó uno de los trabajadores.

Esto llevó a una movilización frente a la fábrica, donde los cesanteados exigieron el pago de lo adeudado y respuestas de la empresa. Sin embargo, no obtuvieron respuesta de la conducción y el conflicto sigue abierto en la justicia laboral.

Algunos cesanteados afirmaron: “Nos dijeron que nos iban a pagar el 50%, pero ni siquiera hubo oferta real. No presentaron nada concreto”. Están iniciando acciones judiciales para reclamar el 100% de sus indemnizaciones.

Es importante destacar que los despidos no solo afectaron a la fábrica en sí, sino que también alcanzaron a personal de locales comerciales, con al menos tres sucursales cerradas en las últimas semanas como parte de un plan de reducción.

Una crisis sectorial sin precedentes

El caso de Viamo se sitúa en un panorama más amplio. Según el presidente de la Cámara de la Industria del Calzado, Alberto Sellaro, el sector enfrenta “la peor crisis de los últimos 40 años”.

Las estadísticas hablan por sí solas: la importación anual de calzado aumentó de aproximadamente 21 millones de pares durante gobiernos anteriores a casi 35 millones en la actualidad, con proyecciones que podrían superar los 42 millones. Este aumento ha impactado de lleno en la producción local, que llegó a fabricar 125 millones de pares en 2014-2015 y hoy opera muy por debajo de su capacidad.

Nunca hubo un año peor que este. El consumo está acabado”, afirmó Sellaro, señalando que se han perdido entre 7.000 y 8.000 empleos en los últimos meses.

El poder adquisitivo en descenso, junto con un aumento en las importaciones y el contrabando, ha dejado a las fábricas con menos ventas y a los comercios funcionando al mínimo.

Viamo, de marca emblemática a sobreviviente

Fundada en 1988 por los hermanos Alfredo, Pablo y Rodolfo Chiodini, Viamo fue una de las principales marcas de calzado femenino del país, contando con más de 25 locales en todo el territorio y una planta de producción propia.

La empresa mantuvo su espíritu familiar y se expandió en épocas de consumo en alza, pero en los últimos años tuvo que reducir su presencia. Incorporar productos importados le permitió mantener la oferta a corto plazo, aunque a costa de reducir el empleo en su fábrica.

Quieren quedarse solo con depósito y administración. Los que seguimos adentro sabemos que la producción prácticamente se termina”, confió otro trabajador que aún tiene su puesto.

Futuro incierto

Con ventas a la baja y una fuerte presión de la competencia externa, la marca atraviesa un proceso de achicamiento que ha dejado a decenas de familias sin trabajo. La situación podría agravar aún más si no se observan señales de recuperación en el mercado interno.

Por el momento, el conflicto con los despedidos sigue abierto. Las audiencias en el Ministerio de Trabajo no lograron concretar ningún acuerdo, mientras que las demandas individuales avanzan en el ámbito judicial.

La crisis del sector continúa sin dar tregua. Con las importaciones en aumento y el consumo en declive, la industria del calzado enfrenta un panorama de cierres de fábricas, locales vacíos y miles de empleos en riesgo.

El caso de Viamo es solo un capítulo más de una historia que, según advierten los empresarios del rubro, recién está comenzando si no se toman medidas para proteger la producción nacional.

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